Comentario
La Guerra del Golfo, sucedida en 1990, tiene antecedentes remotos. La derrota del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial dio como resultado la pérdida de algunos de sus ricos y fértiles territorios, que pasaron a estar controlados por las potencias vencedoras. Así, Francia se quedó con los mandatos de Siria y Líbano, mientras que el Reino Unido establecía su control sobre Palestina y el Creciente Fértil, protegiendo el Canal de Suez, cordón umbilical de su Imperio.Las fronteras definitivas, basadas en demarcaciones tribales, quedaron establecidas en la Convención de Uqayr, en 1922. En ella, Arabia Saudí actuó como país independiente, Kuwait vio reconocida su soberanía, pero bajo control británico, mientras que Iraq era simplemente un mandato británico. En dicha Convención se estableció también la existencia de un territorio sin atribuir en forma de rombo, denominado zona neutral, en la frontera entre Iraq, Kuwait y Arabia Saudí. En principio sin interés, la existencia de petróleo en 1990 lo convirtió en uno de los focos del conflicto.Además, Iraq reclamaba tradicionalmente que Kuwait no era sino un más de las provincias de su territorio, pues ambos habían estado unidos históricamente bajo la gobernaduría otomana de Basora. No obstante, ambas reivindicaciones permanecieron en estado latente hasta que la grave situación económica iraquí, tras la guerra con Irán, provocó el deseo de Sadam Hussein de aumentar su cuota de producción de crudo y lograr la condonación de su deuda. Para ello necesitaba presionar a Kuwait y al resto de países de la OPEP, con la amenaza de ocupación del Emirato. La respuesta negativa a sus pretensiones, prevista por Sadam, será la excusa para la invasión del rico territorio de Kuwait por parte de Iraq. Los preparativos de la invasión iraquí comenzaron el de 21 de julio, cuando hizo avanzar 30.000 hombres desde Basora hacia la frontera con el Emirato. Este despliegue fue seguido del avance de tres divisiones acorazadas y cuatro de infantería. A medianoche del 1 de agosto de 1990, los 350 carros de las dos divisiones acorazadas de vanguardia atacaron el puesto fronterizo kuwaití situado junto a la autopista que enlaza la capital del Emirato con su vecino del norte. El Ejército kuwaití sólo pudo organizar alguna resistencia a las puertas de Kuwait City y en al-Jahra, rápidamente superada.Al mismo tiempo que el grueso de los acorazados se dirigía hacia la capital, la artillería iraquí castigó la base aérea de Ali Al Salin, mientras que helicópteros de transporte de tropas desplegaban comandos que tomaron la base aérea de Ahmad Al Jabir y las estratégicas islas de Warbah y Bubiyan. En la capital se producían violentos combates en las calles mientras que una columna de carros iraquí se dirigía a tomar el Aeropuerto. Caída la capital, desde Basora llegaban nuevos refuerzos iraquíes en autobuses con aire acondicionado, al mismo tiempo que se enviaban tres divisiones acorazadas a tomar los campos petrolíferos de Al-Burqan y defender la frontera con Arabia Saudí. La invasión de Kuwait se había producido en poco más de veinticuatro horas. Previendo un contraataque por parte de Arabia Saudí y sus aliados occidentales y árabes, principalmente Estados Unidos, en los meses siguientes Sadam desplegó sus divisiones por todo el Emirato. Así, situó a sus divisiones de infantería a lo largo de la frontera saudí, formando un primer escalón defensivo, al mismo tiempo que ubicaba una reserva acorazada como segundo escalón en la frontera oriental y dejaba a la Guardia Republicana en territorio iraquí como posible refuerzo. Estados Unidos y la coalición que encabezaba, por su parte, realizó un formidable despliegue en la frontera sur del Emirato, al mismo tiempo que formulaba un ultimátum. La falta de respuesta de Sadam precipitó una primera intervención militar, que se inició en la madrugada del 17 de enero de 1991 cuando aviones F-17 invisibles destruyeron los radares iraquíes y cerca de 600 objetivos más. Los ataques se prolongaron durante varias semanas, arrojando 600.000 toneladas de bombas sin apenas resistencia. La aviación iraquí, tras perder algunos aparatos en combate, decidió permanecer en sus refugios antes de emprender la huida hacia el cercano Irán. Cumplida la fecha límite del ultimátum, el 24 de febrero a las 4 de la madrugada se inició la intervención definitiva. El paso previo fue una operación de castigo sobre las posiciones iraquíes, realizada mediante ataques aéreos y bombardeo desde los buques situados en la costa. Simultáneamente, comenzaron las operaciones por tierra. Por la costa, la I y II Divisiones de Marines norteamericanas y la IV Brigada Acorazada británica avanzaron rápidamente en dirección a Kuwait City. El envío de tropas aerotransportadas por detrás de las líneas iraquíes y el avance de las tropas árabes de Kuwait, Arabia Saudí, Egipto, Siria, Omán y Qatar en dirección a Al Jahra envolvió a las cinco divisiones iraquíes que se interponían en su camino, apresándolas o poniéndolas en fuga. Por el centro, en el vértice de la zona neutral, el VII Cuerpo de Ejército Acorazado y un Regimiento de caballería acorazada norteamericanos, con apoyo de la 7ª Brigada blindada británica, se pusieron en marcha en dirección a Basora. En su camino, los mil carros de combate pesados y cerca de tres mil blindados ligeros aliados destrozaron a la división Tawalkana iraquí. Un día más tarde, hicieron lo mismo con la división Hammurabi, y el 27 de febrero fue la división acorazada Medina la que cayó ante el avance aliado, ya en las puertas de Basora. En el oeste, los franceses de la agrupación Daguet y el 3er Regimiento norteamericano habían cubierto 160 kilómetros sin hallar resistencia, alcanzando Nasiriya y amenazando con cercar a las tropas iraquíes en el interior del Emirato. Muy cerca del avance francés, 400 helicópteros pesados transportaron a la 101 División norteamericana y establecieron la base Cobra, 90 kilómetros en el interior de Iraq. Su misión es cortar la retirada de las tropas iraquíes hacia Basora.El día 25 de febrero, la guerra está próxima a su fin. Las dos columnas que avanzaban hacia Kuwait City, apoyadas por los paracaidistas de la división Airborn, alcanzan los arrabales de la ciudad. Un día más tarde, las tropas entran en la capital, al tiempo que en la carretera Kuwait-Basora docenas de kilómetros de automóviles, camiones y carros de combate iraquíes tratan de alcanzar la frontera bajo un diluvio de bombas y el ataque de los helicópteros. En su huida, doscientos pozos petrolíferos resultan incendiados. El 27 de febrero, cuando las tropas norteamericanas cercan Basora por el Este como paso previo a la toma de Bagdad, Estados Unidos anuncia el cese de las hostilidades: "Kuwait ha sido liberado". A pesar de todo, a la región aun no había llegado la paz. Aprovechando la debilidad del régimen iraquí, la población chiíta del sur, con el apoyo de múltiples soldados desertores, se rebeló contra Sadam, que hubo de recurrir a las guarniciones del Norte para sofocar la sublevación. Simultáneamente, los kurdos del norte tomaron las armas, pero el regreso de las tropas enviadas al Sur acabó pronto con la rebelión. El castigo al régimen iraquí fue de tipo económico, pues se le impuso un embargo sobre su producción de crudo y fue obligado a aceptar la entrada de observadores de la ONU para supervisar el desarme químico y bacteriológico. En noviembre de 1994 Sadam Hussein tuvo que reconocer a Kuwait, aunque el conflicto aun permanece abierto.